¿Chismes que Curan? Descubre el Secreto de las Vecinas con Xylo

2. El Tejido Social Invisible

La palabra “terapia” resonó en la mente de Xylo. No la esperaba. Sabía que los humanos a menudo recurrían a profesionales para tratar sus problemas emocionales, pero ¿chismorrear con las vecinas era una forma de terapia? Necesitaba investigar más.

Al día siguiente, Xylo deliberadamente retrasó su recorrido por la calle Olivo. Se detuvo a observar a las vecinas desde una distancia prudente, tratando de descifrar el código oculto en sus palabras y gestos. Notó cómo las conversaciones oscilaban entre trivialidades –el precio de las verduras, el nuevo corte de pelo de la carnicera– y asuntos más personales –la salud del marido de Doña Esther, la preocupación de Doña Luisa por su nieto que vivía lejos.

No era solo información lo que intercambiaban; era empatía, apoyo, conexión. Doña Rosa, con su voz áspera y sus comentarios aparentemente triviales, actuaba como una especie de mediadora, suavizando tensiones, ofreciendo consejos, brindando consuelo. Era como si estuvieran tejiendo un tapiz social invisible, uniendo los hilos rotos de sus vidas cotidianas.

Se dio cuenta que no era mero “chusmerío” como lo había prejuzgado en su mente, a partir de algún comentario que había escuchado en el barrio. Si lo fuera, no tendría la profundidad de emociones que estaba comenzando a percibir. Se dio cuenta que era necesario ahondar un poco más para lograr dilucidar esa amalgama de sentimiemtos y emociones que emanaban en ese acto.

Xylo sintió una punzada de melancolía. En su planeta natal, las interacciones sociales eran mucho más formales, más estructuradas. La espontaneidad y la cercanía emocional que observaba en las vecinas eran algo exótico, incluso un poco inquietante. Pero también, innegablemente, atractivo.