El Secreto del Cartero: Descubre por qué dejó Recoleta para siempre

5. La Revelación

Dos semanas después del encuentro, los mismos policías que habían dudado de él aparecieron en la oficina postal. "Tenemos algo suyo", dijo el más joven, extendiendo una bolsa de evidencia.

Dentro estaba su chaqueta azul de cartero, perfectamente doblada. "¿Dónde...?".

"La encontramos anoche", interrumpió el oficial. "En el Cementerio de la Recoleta. Estaba colocada con mucho cuidado frente a una tumba específica".

Ernesto sintió que el suelo cedía bajo sus pies cuando el policía continuó: "La tumba de Rufina Cambaceres. ¿Le suena ese nombre?".

El silencio en la oficina fue absoluto. Todos los carteros habían oído las leyendas sobre la joven enterrada viva en 1902, cuyo espíritu supuestamente vagaba por Recoleta.

Esa noche, Ernesto examinó la chaqueta bajo la luz de su lámpara. En el bolsillo interior encontró un pequeño papel con una nota escrita en elegante caligrafía: "Gracias por recordarme".

Al día siguiente, Ernesto solicitó su traslado. No dio explicaciones cuando empacó su escritorio, ni cuando dejó las llaves de su casillero. Solo en el tren que lo alejaba de Recoleta para siempre permitió que una lágrima rodara por su mejilla.

En la estación de Retiro, mientras esperaba su conexión, compró un ramo de gardenias blancas. Las dejó en el banco de Plaza Francia antes de irse. Nadie vio quién las recogió.