¿Entregará Ricardo su amor? Un autógrafo puede cambiarlo todo
2. El secreto revelado
Esa noche, Ricardo no pudo dormir. La imagen de Elena y Julio Iglesias juntos, aunque fuera solo en su imaginación, lo atormentaba. Se levantó de la cama, encendió la lámpara de noche y sacó su cuaderno de poemas. En realidad, eran cartas que nunca enviaba, confesiones de un alma enamorada que no se animaba a dar el primer paso.
Comenzó a escribir, volcando en el papel toda la frustración y el deseo que lo carcomían por dentro. Describió los ojos de Elena, la suavidad de su voz, la forma en que se le iluminaba el rostro al hablar de sus geranios. Escribió sobre el miedo a ser rechazado, a romper la frágil armonía que existía entre ellos.
En medio de la carta, surgió la imagen de Julio Iglesias. Sintió una mezcla de envidia y resentimiento. ¿Qué tenía ese cantante que él no tuviera? ¿Acaso Elena soñaba con un hombre famoso, con un mundo de luces y glamour que él, un simple cartero, jamás podría ofrecerle?
De pronto, una idea descabellada cruzó su mente. Si Julio Iglesias era la llave para llegar al corazón de Elena, él debía encontrar la forma de usarla. Decidió averiguar dónde se hospedaría el cantante durante su visita a Pergamino.
Al día siguiente, mientras recorría las calles con su bicicleta, Ricardo se detuvo frente a una florería. Aprovechando que la dueña estaba distraída atendiendo a una clienta, echó un vistazo a la agenda que estaba sobre el mostrador. Allí, entre anotaciones de pedidos y entregas, encontró lo que buscaba: 'Reserva Hotel Plaza - Julio Iglesias - Habitación 204'.
El Hotel Plaza era el más lujoso de Pergamino. Ricardo nunca había entrado allí, pero se imaginaba un mundo de alfombras mullidas, lámparas de cristal y personal de servicio impecablemente vestido. La sola idea de acercarse al hotel lo intimidaba, pero la imagen de Elena lo impulsaba a seguir adelante.
Esa tarde, mientras entregaba un telegrama en el barrio del ferrocarril, escuchó una conversación casual entre dos vecinas. '¿Viste que Julio Iglesias se hospeda en el Hotel Plaza?', dijo una de ellas. 'Dicen que es muy simpático y que le gusta saludar a la gente', respondió la otra.
Ricardo sintió que el corazón le daba un vuelco. ¿Y si intentaba acercarse a Julio Iglesias? ¿Y si le pedía un autógrafo para Elena? La idea, por más absurda que pareciera, comenzó a tomar forma en su mente. Era una oportunidad única para demostrarle a Elena que él era capaz de hacer cualquier cosa por ella.