¿Hasta dónde llegarías por tu deber? Un cartero, una encrucijada mortal.
4. La Danza del Silencio
La noche del robo llegó rápidamente. La luna llena iluminaba la bodega abandonada, proyectando sombras alargadas y amenazantes. Dimitri y Viktor esperaban en la oscuridad, escondidos entre la maleza, observando los movimientos de los guardias.
Viktor, nervioso y sudoroso, manipulaba un pequeño dispositivo electrónico. 'En cuanto te dé la señal, corre hacia la puerta principal', susurró. 'Yo me encargaré del sistema de alarma'. Dimitri asintió, con el corazón latiendo con fuerza en el pecho.
Después de unos minutos de tensa espera, Viktor hizo una señal. Dimitri corrió hacia la puerta principal, sorteando los obstáculos y evitando el contacto visual con los guardias. Llegó a la puerta, la abrió con cuidado y se deslizó dentro de la bodega.
El interior estaba oscuro y silencioso. Solo se escuchaba el zumbido de los fluorescentes y el lejano ladrido de un perro. Dimitri avanzó con cautela, guiándose por la tenue luz que se filtraba por las ventanas. Llegó a la oficina, donde sabía que se encontraba la caja fuerte.
La puerta de la oficina estaba cerrada con llave. Dimitri sacó un juego de ganzúas y comenzó a manipular la cerradura. Después de unos minutos de tensa concentración, la cerradura cedió. Abrió la puerta y entró en la oficina.
La caja fuerte estaba oculta detrás de una pared falsa, tal como le había dicho Sofía. Dimitri la encontró fácilmente y comenzó a golpearla con una maza. Después de varios golpes fuertes, la pared se derrumbó, revelando la caja fuerte. Pero la alarma sonó con fuerza, rompiendo el silencio de la noche.
Dimitri maldijo en voz baja. Algo había fallado. Viktor no había desactivado la alarma. Los guardias correrían hacia la oficina en cualquier momento. No tenía tiempo que perder. Sacó un soplete de su mochila y comenzó a cortar la puerta de la caja fuerte.
Las chispas volaban por todas partes, iluminando la oficina con una luz infernal. El olor a metal quemado era nauseabundo. Dimitri trabajaba con rapidez y precisión, ignorando el dolor en sus brazos y el miedo en su corazón.
Después de varios minutos de angustioso trabajo, la puerta de la caja fuerte cedió. Dimitri la abrió con un grito de triunfo y metió las manos dentro. Encontró fajos de billetes de diferentes denominaciones. Los metió en su mochila, ignorando la cantidad exacta.
Justo cuando estaba terminando de llenar la mochila, los guardias irrumpieron en la oficina. Dimitri se volvió y los apuntó con su pistola. 'No se muevan', gritó con voz firme. 'O disparo'.
Los guardias dudaron por un momento, pero luego uno de ellos disparó. Dimitri respondió al fuego, hiriendo a uno de los guardias en el brazo. El otro guardia se abalanzó sobre él, intentando arrebatarle la pistola.
Dimitri luchó con todas sus fuerzas, pero el guardia era más fuerte que él. Lo derribó al suelo y comenzó a golpearlo. Dimitri sintió un dolor agudo en la cabeza y perdió el conocimiento.