Inti y la Pachamama: Protege Iruya, entrega el mensaje
4. El Corazón de la Quebrada
El 2 de agosto llegó. La reunión de las comunidades se celebró en Purmamarca, un pueblo ubicado en el corazón de la Quebrada. Pobladores de todas las edades, vestidos con sus trajes tradicionales, se congregaron en la plaza principal. El ambiente era tenso, pero también lleno de esperanza. La duda persistía en algunos, pero la mayoría estaba decidida a luchar.
Inti tomó la palabra. Con voz firme y clara, relató su viaje, sus encuentros, sus desafíos. Les habló sobre la importancia de unirse, de defender su tierra, de preservar su cultura. Les recordó las palabras de Mama Quilla, la voz de la Pachamama, el dolor de la tierra. El discurso de Inti, emotivo y convincente, resonó en los corazones de los presentes. Los gestos de aprobación, los murmullos de apoyo, lo animaban a seguir adelante.
Después de Inti, otros líderes comunitarios tomaron la palabra. Cada uno compartió sus experiencias, sus miedos, sus esperanzas. La reunión se convirtió en un espacio de diálogo, de intercambio de ideas, de construcción colectiva. El resentimiento entre algunas comunidades se fue disipando a medida que comprendían que compartían un mismo destino.
De repente, un grupo de hombres armados irrumpió en la plaza. Eran empleados de las empresas mineras, enviados para intimidar a la gente. El pánico se apoderó de algunos. La desconfianza volvió a aflorar. Pero Inti se mantuvo firme. Se enfrentó a los hombres armados con valentía. "Esta es nuestra tierra," les dijo con determinación. "No permitiremos que nos la roben."
Los hombres armados intentaron dispersar a la gente con violencia. Pero los pobladores se resistieron. Se unieron, se abrazaron, se protegieron mutuamente. La solidaridad se convirtió en un escudo impenetrable. El clímax de la historia se alcanzó en ese momento de tensión, donde la decisión de resistir definió el futuro de la Quebrada.
En medio del caos, Inti vio a Don Pascual caer al suelo, herido por un golpe. Inti corrió a socorrerlo. Lo levantó con cuidado y lo llevó a un lugar seguro. La ira invadió a Inti. Pero no se dejó llevar por la rabia. Sabía que la violencia no era la solución. Decidió apelar a la conciencia de los hombres armados. Les habló sobre la belleza de la Quebrada, sobre la importancia de protegerla para las futuras generaciones. Les preguntó si estaban dispuestos a destruir su propio hogar por dinero. La ambición de los hombres armados se tambaleó ante la honestidad de Inti.