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¿Por Qué Sentí Esto? El Misterio del Cartero Pléyadiano

4. Análisis y Reflexión

Dedicó horas a estudiar las emociones humanas, consultando la base de datos pléyadiana. Leyó sobre la empatía, el altruismo y el sentido de la justicia. Intentaba comprender el porqué de su reacción instintiva. ¿Era un fallo en su programación? ¿O era algo más?

Recordó las palabras de su maestro pléyadiano: "La conexión con los humanos os cambiará. Sus emociones son contagiosas, su sufrimiento os afectará." Quizás eso era lo que estaba sucediendo. Quizás estaba comenzando a sentir, a conectar con la humanidad de una manera que nunca había imaginado.

Al día siguiente, al entregar el correo a la señora Elena, la encontró especialmente parlanchina. Le contó sobre la pelea en la casa vecina, sobre el hombre agresivo y la joven asustada. "Menos mal que apareció Mateo," dijo la señora Elena. "Es un buen hombre."

Xylo se sonrojó levemente. Nunca había pensado en sí mismo como un "buen hombre". Siempre se había considerado un observador, un científico distante. Pero las palabras de la señora Elena resonaron en su interior.

Decidió visitar a la joven, cuyo nombre era Sofía. La encontró en el jardín, cuidando unas flores. Se acercó con cautela, sintiéndose un poco nervioso. "Hola, Sofía," dijo Xylo. "Soy Mateo, el cartero." Sofía le sonrió. "Gracias de nuevo por lo de ayer," dijo ella. "No sé qué habría hecho sin ti."

Xylo se sintió abrumado por la sinceridad de sus palabras. "Solo hice lo que creí correcto," respondió él.

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