¿Recordar es Vivir? El Legado de un Cartero Olvidado - Una Historia Emotiva

Capítulo 3: La Carta Perdida de Doña Sofía

Un día, Ernesto encontró una carta extraviada en el fondo de su bolsa, una carta dirigida a Doña Sofía, una anciana que vivía al final de su ruta. La carta estaba escrita con una caligrafía temblorosa y el sello postal indicaba que había sido enviada hacía más de cincuenta años.

El corazón de Ernesto dio un vuelco. Sintió la urgencia de entregar esa carta, de completar una misión que había permanecido inconclusa durante décadas. Era como si el destino le hubiera puesto esa prueba para demostrar el valor de su oficio.

Llamó a la puerta de Doña Sofía, una mujer frágil y arrugada, con la mirada perdida en el pasado. Al principio, la anciana se mostró confundida, sin recordar a quién podría haber escrito esa carta hacía tanto tiempo.

Pero cuando Ernesto le leyó el nombre del remitente, un joven soldado llamado Miguel, los ojos de Doña Sofía se iluminaron. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, mientras un torrente de recuerdos inundaba su mente.

Miguel era su prometido, un joven que había partido a la guerra y nunca había regresado. La carta era su última esperanza, un mensaje de amor que nunca había llegado a su destino.

Doña Sofía abrazó la carta con fuerza, como si abrazara al propio Miguel. Le agradeció a Ernesto con una gratitud infinita, diciéndole que le había devuelto un pedazo de su alma.

Ernesto sintió una oleada de satisfacción. Había cumplido con su deber, había reparado una injusticia del pasado. En ese momento, comprendió que su trabajo no era solo entregar cartas, sino también conectar corazones, mantener viva la memoria y preservar el legado de las emociones humanas.