Te Vendieron un Buzón: La Leyenda de Ernesto y el Estafador de Retiro
Capítulo 3: El Encuentro en la Plaza San Martín
Ernesto hizo una pausa, tomando otro sorbo de café. El silencio volvió a reinar en la sala, pero esta vez era un silencio cargado de expectación. Los jóvenes carteros estaban absortos en la historia, fascinados y aterrorizados a partes iguales.
"Yo conocí a El Maestro," continuó Ernesto. "Lo vi operar muchas veces. Lo vi engañar a gente inocente, robarles sus sueños. Sentía una mezcla de repulsión y… fascinación. Era como observar a una serpiente hipnotizar a su presa."
"Una tarde," dijo Ernesto, "lo encontré en la Plaza San Martín. Estaba sentado en un banco, observando a la gente pasar. Se veía cansado, casi… triste. Me acerqué a él. No sé por qué lo hice. Tal vez quería entenderlo. Tal vez quería confrontarlo. Tal vez solo sentía lástima."
"'Usted es El Maestro, ¿verdad?' le pregunté. Él me miró con sorpresa, como si no esperara que alguien lo reconociera. Luego sonrió, una sonrisa cansada y resignada. 'Depende de quién pregunte', respondió."
"Nos sentamos juntos en el banco," continuó Ernesto. "Hablamos durante horas. Me contó su vida, su historia. Me dijo que había empezado a estafar para sobrevivir. Que había crecido en la pobreza, que había visto a su familia sufrir. Que el engaño era la única forma que conocía de salir adelante."
"No lo justifiqué," dijo Ernesto. "Pero entendí su motivación. Entendí que era un producto de su entorno, un resultado de la injusticia y la desigualdad. Eso no lo eximía de su culpa, claro. Pero me permitió verlo como un ser humano, no solo como un monstruo."
"Me dijo que se sentía atrapado," continuó Ernesto. "Que quería dejar de estafar, pero no sabía cómo. Que había intentado encontrar un trabajo honesto, pero nadie le daba una oportunidad. Que la sociedad lo había condenado a ser un estafador para siempre."
"Le ofrecí ayuda," dijo Ernesto. "Le dije que lo ayudaría a encontrar un trabajo, a empezar una nueva vida. Él me miró con incredulidad. '¿Por qué haría eso?', me preguntó. 'Porque creo que todos merecen una segunda oportunidad', le respondí."